No management, no party.

Ilustración: Lara Torres

¿Quién no ha escuchado alguna vez aquello de “te vamos a dar más responsabilidad” o “vas a promocionar en la empresa”? 


Si llevas un tiempo en el mundo profesional, ya sabes lo que eso significa: dejar de hacer una labor de foco más técnico, para coordinar equipos y ascender al plano del management.


En este modelo de carrera se sigue una lógica tan rígida como tradicional: en la que básicamente si quieres ganar más pasta, sube peldaños en la pirámide. Y para subir, casi siempre toca pasar por gestionar y decidir. 


Da igual que seas un genio en lo técnico, un crack del diseño, el mejor entrevistador del mundo o el mejor solucionador de problemas de tu equipo… si no tienes gente a tu cargo, te quedarás estancado a nivel salarial y tu “visibilidad” como profesional en LinkedIn será casi siempre escasa.

Además, los roles técnicos cada vez más son relegados a una tarea puramente ejecutiva; no piensan, cumplen órdenes y se van a casa teniendo escaso peso en las decisiones y la estrategia. 

Y así, sumando el estancamiento salarial y el bajo peso estratégico, es como se inicia una fuga silenciosa de talento…

Profesionales que brillaban en lo suyo a nivel técnico, se ven incitados (gustosamente o no) a cambiar de rol para escalar en las bandas salariales y mejorar su reconocimiento profesional.


No obstante, no todo el mundo está capacitado para ejercer labores de manager; cargo que requiere habilidades muy distintas a la labor técnica.  No todo el mundo vale aunque quiera, ni todo el mundo quiere aunque valga.


Lo llaman ascender o promocionar, pero realmente es casi un cambio de vida; porque liderar y gestionar no es ascender: es prácticamente cambiar de carrera.


¿Por qué seguimos basando el salario y el reconocimiento en el organigrama y no en el impacto?

En el fondo, seguimos pensando que el valor de alguien se mide en la rimbombancia de su cargo y en cuánta gente coordine.

Un buen especialista puede (y debería) cobrar más que un manager si su aportación lo justifica.

Pero claro, eso implicaría:

  1. romper la lógica piramidal actual

  2. que los técnicos volviesen a tener implicación estratégica

  3. reconocer que el talento no escala solo en vertical; hay aportaciones que no suben, sino que se ensanchan.

Carreras en zigzag.

La metáfora de la escalera profesional puede que se haya quedado pequeña. Porque no todo es arriba o abajo. Hay trayectorias en horizontal, en diagonal, en espiral, y en zigzag. Y eso también es crecer.


¿Cuántas veces has sentido que tu verdadero progreso no ha sido un ascenso, sino un cambio de proyecto, de manager, de rol o de enfoque?

¿Y qué hacemos?

  1. Redibujar los planes de carrera. 

  2. Abrir caminos múltiples y flexibles, no solo modelos piramidales. 

  3. Estar dispuestos a premiar a lo técnico tanto como al management. 

  4. Medir el valor por el impacto real, no por el tamaño del equipo gestionado. 

Porque crecer profesional y salarialmente no debería significar dejar de hacer lo que te gusta.

FIN.

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Diseño equilibrado.